Título: Sangre y hielo
Autor: Robert Masello
Editorial: Espasa
ISBN: 9788467031560
Publicación: 2009
Nº de páginas: 525
Precio: 5,95 € (ECI)
Link de referencia
Autor: Robert Masello
Editorial: Espasa
ISBN: 9788467031560
Publicación: 2009
Nº de páginas: 525
Precio: 5,95 € (ECI)
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Reseña editorial: En 1856 un barco se pierde en los confines del mundo, en las estribaciones de la Antártida: a bordo, una pareja con una extraña enfermedad que aterroriza a la tripulación.
En nuestros días, Michael Wilde, un fotógrafo de naturaleza, atormentado por el accidente que hizo que su prometida quedara en coma irreversible, acepta participar en una misión cientifica al Polo Sur.
En el transcurso de una inmersión Michael descubre a una mujer atrapada en el hielo de un iceberg, tal vez acompañada por otra persona. Todos están de acuerdo en subir a la superficie el sorprendente descubrimiento... sin recordar que algunos pasados nunca mueren, y que las maldiciones eligen momentos insospechadamente oportunos para volver a la vida, y despiertan con la misma sed de sangre, una sed insaciable desde la batalla de Balaclava, en la guerra de Crimea.
Atención: a partir de aquí la sección puede contener SPOILERS.
Desvarío congelado (seguimos con las obviedades, sip, u.u)
Empecé esta novela con recelos, porque por ahí había leído una crítica no muy halagüeña sobre que era un tostón, una pesadez, y que las descripciones de los animales que habitan en el Polo Sur eran muuy detalladas, así que entré en ella casi de puntillas, dispuestísima a soltarla a la menor provocación. Pero para mi eterna sorpresa, me enganchó desde el principio. La intriga por lo que va a pasar y por lo que pasó en el pasado (sip, me repito, es aposta, xDD) hizo que continuara leyendo sin apenas darme cuenta. He de decir que es una novela muy cinematográfica, vamos, yo veía la peli pasando ante mis ojos, los cambios de escenario del siglo XIX al XXI, el enorme contraste... Aunque al principio me dejaban frustrada estos cambios de ritmo,porque cuando estabas en lo mejor de la acción actual, sumergida hasta las cejas en una tormenta de hielo y nieve (con lo bien que nos viene imaginar eso a los que estamos ahora mismito a 40º a la sombra), se acababa el capítulo y pasabas a estar contemplando, de la mano figurada de Jane Austen, escenas costumbristas de hace dos siglos, cosa que me descuadraba y a veces me desesperaba. Pero a mitad del libro puede más el saber qué les ocurrió a los protagonístas en su época para llegar a la actual situación, así que saltaba de un siglo a otro sin apenas darme cuenta.
Ahora tengo que advertir que para ser un libro que me enganchó desde el principio, el final me ha decepcionado, y me he quedado con cara de WTF?? O.O. Es dificil etiquetar una novela, pero cuando te la presentan como una historia de terror (que no lo es), de misterio, que sí, y de amor... que tampoco es que lo haya visto mucho, pues... que quieren que les diga. El final no pega ni con cola. Es como si al final de El silencio de los corderos el asesino en serie prometiera ser bueno y le perdonaran siempre que practicara algún deporte, y pasara a ser una novela/película deportiva los últimos 5 minutos. Eso sólo para que se hagan una idea del cambio drástico de registro, jajaja.
En la novela tenemos, por un lado, una pareja protagonista, Eleanor Ames y Sinclair Copley. Ella, aprendiz de enfermera de la legendaria Florence Nightingale, él, teniente de los lanceros masacrados en la guerra de Crimea. Al principio de la novela viajan a bordo de un barco que se haya a merced de las fuerzas de la naturaleza, muy cerca del Polo Sur. Ella se encuentra muy enferma, y la tripulación, inculta y supersticiosa, teme que sea la causa de sus desgracias y los tiran al embravecido mar casi congelado.
En el siguiente capítulo tenemos al fotógrafo y reportero Michael Wilde, quien lucha por salir de una honda depresión y recuperar algún retazo de su vida. Le ofrecen un viaje a la Antártida para hacer un reportaje con fotos y no se lo piensa dos veces, es un avance en una profesión que ha dejado abandonada durante un año. Más o menos un tercio del libro es la preparación, el viaje, la llegada a Port Adélie, a la base científica norteamericana dónde va a vivir y trabajar durante un mes. Pero es un hombre de acción, y en cuanto puede se sumerge en un océano helado para conseguir unas buenas fotos mientras su nuevo amigo Darryl Hirsch (magnífico personaje secundario, xDD) investiga a los pececillos...
Aquí, un Superespoiler: La MEJOR escena del libro con diferencia es cuando Michael bucea jugueteando con una foca muy cerca de la pared del glaciar. Una pared que continúa kilómetros y kilómetros hacia abajo, hacia el abismo negro y helado. Situémonos: han descendido por un agujero en el hielo, ahí abajo está muuuy oscuro, excepto la luz que viene del agujero y una linterna que lleva el prota. Jugando, jugando se va acercando a la pared helada, tanto que materialmente siente el aliento frío que ésta desprende. Cree ver un reflejo raro en el hielo, y cuando enfoca con su linterna, descubre el rostro de una mujer de ojos verdes que le mira fijamente a traves del hielo milenario. Pa' darte un infarto cuando lo estás leyendo, lo juro, jajaja.
Puntos Positivos de la novela: La acción es muy amena, te sumerges en ella, la intriga también, acabas acostumbrándote a los extraños rituales de la Antártida y a la excentricidad de los habitantes de la base (tanto probetas como reclutas, o mejor dicho, científicos y soldados). En todo momento quieres saber Qué pasó y Qué va a pasar (sí, ya lo he dicho, lo sé, lo sé)
Puntos negativos: la personalidad de los personajes principales no está muy desarrollada que digamos. Sólo los excéntricos secundarios, los que están a punto de volverse locos o ser peligrosos, te arrancan una chispa de simpatía o una sonrisa. Cero afinidad en ese sentido con los protas.
Punto negativisimo megaspoiler: ¡¡Hala, venga yaaa!!! Me estoy empezando a hartar de escritores masculinos y sus obviedades. Así que al final, el prota, un tío cachas, deportista, adicto a la acción donde los haya, de treinta y tantos años, se enamora de una chica de 20 (los otros 150 no cuentan), con una moral y una educación de otra época, florecilla delicada a más no poder, de la que va a tener que cuidar durante tooodo el resto de su vida, renunciando con ello a su hogar, al que no puede llevarla, a su trabajo, al que tiene que renunciar, etc, eso por no hablar del shock que va a suponer para ella cosas como la tv, Internet, el matrimonio homosexual... pffft, aquí el autor ha flipado en colores y le ha dado, a una novela que por lo demás hubiera estado muy bien, un final Heidi que no se lo cree ni él, los dos mirando el atardecer en una playa de Florida... Y mira que el argumento en conjunto es increíble. Pero esto es de no dar crédito, lo juro, jajaja.
En nuestros días, Michael Wilde, un fotógrafo de naturaleza, atormentado por el accidente que hizo que su prometida quedara en coma irreversible, acepta participar en una misión cientifica al Polo Sur.
En el transcurso de una inmersión Michael descubre a una mujer atrapada en el hielo de un iceberg, tal vez acompañada por otra persona. Todos están de acuerdo en subir a la superficie el sorprendente descubrimiento... sin recordar que algunos pasados nunca mueren, y que las maldiciones eligen momentos insospechadamente oportunos para volver a la vida, y despiertan con la misma sed de sangre, una sed insaciable desde la batalla de Balaclava, en la guerra de Crimea.
Atención: a partir de aquí la sección puede contener SPOILERS.
Desvarío congelado (seguimos con las obviedades, sip, u.u)
Empecé esta novela con recelos, porque por ahí había leído una crítica no muy halagüeña sobre que era un tostón, una pesadez, y que las descripciones de los animales que habitan en el Polo Sur eran muuy detalladas, así que entré en ella casi de puntillas, dispuestísima a soltarla a la menor provocación. Pero para mi eterna sorpresa, me enganchó desde el principio. La intriga por lo que va a pasar y por lo que pasó en el pasado (sip, me repito, es aposta, xDD) hizo que continuara leyendo sin apenas darme cuenta. He de decir que es una novela muy cinematográfica, vamos, yo veía la peli pasando ante mis ojos, los cambios de escenario del siglo XIX al XXI, el enorme contraste... Aunque al principio me dejaban frustrada estos cambios de ritmo,porque cuando estabas en lo mejor de la acción actual, sumergida hasta las cejas en una tormenta de hielo y nieve (con lo bien que nos viene imaginar eso a los que estamos ahora mismito a 40º a la sombra), se acababa el capítulo y pasabas a estar contemplando, de la mano figurada de Jane Austen, escenas costumbristas de hace dos siglos, cosa que me descuadraba y a veces me desesperaba. Pero a mitad del libro puede más el saber qué les ocurrió a los protagonístas en su época para llegar a la actual situación, así que saltaba de un siglo a otro sin apenas darme cuenta.
Ahora tengo que advertir que para ser un libro que me enganchó desde el principio, el final me ha decepcionado, y me he quedado con cara de WTF?? O.O. Es dificil etiquetar una novela, pero cuando te la presentan como una historia de terror (que no lo es), de misterio, que sí, y de amor... que tampoco es que lo haya visto mucho, pues... que quieren que les diga. El final no pega ni con cola. Es como si al final de El silencio de los corderos el asesino en serie prometiera ser bueno y le perdonaran siempre que practicara algún deporte, y pasara a ser una novela/película deportiva los últimos 5 minutos. Eso sólo para que se hagan una idea del cambio drástico de registro, jajaja.
En la novela tenemos, por un lado, una pareja protagonista, Eleanor Ames y Sinclair Copley. Ella, aprendiz de enfermera de la legendaria Florence Nightingale, él, teniente de los lanceros masacrados en la guerra de Crimea. Al principio de la novela viajan a bordo de un barco que se haya a merced de las fuerzas de la naturaleza, muy cerca del Polo Sur. Ella se encuentra muy enferma, y la tripulación, inculta y supersticiosa, teme que sea la causa de sus desgracias y los tiran al embravecido mar casi congelado.
En el siguiente capítulo tenemos al fotógrafo y reportero Michael Wilde, quien lucha por salir de una honda depresión y recuperar algún retazo de su vida. Le ofrecen un viaje a la Antártida para hacer un reportaje con fotos y no se lo piensa dos veces, es un avance en una profesión que ha dejado abandonada durante un año. Más o menos un tercio del libro es la preparación, el viaje, la llegada a Port Adélie, a la base científica norteamericana dónde va a vivir y trabajar durante un mes. Pero es un hombre de acción, y en cuanto puede se sumerge en un océano helado para conseguir unas buenas fotos mientras su nuevo amigo Darryl Hirsch (magnífico personaje secundario, xDD) investiga a los pececillos...
Aquí, un Superespoiler: La MEJOR escena del libro con diferencia es cuando Michael bucea jugueteando con una foca muy cerca de la pared del glaciar. Una pared que continúa kilómetros y kilómetros hacia abajo, hacia el abismo negro y helado. Situémonos: han descendido por un agujero en el hielo, ahí abajo está muuuy oscuro, excepto la luz que viene del agujero y una linterna que lleva el prota. Jugando, jugando se va acercando a la pared helada, tanto que materialmente siente el aliento frío que ésta desprende. Cree ver un reflejo raro en el hielo, y cuando enfoca con su linterna, descubre el rostro de una mujer de ojos verdes que le mira fijamente a traves del hielo milenario. Pa' darte un infarto cuando lo estás leyendo, lo juro, jajaja.
Puntos Positivos de la novela: La acción es muy amena, te sumerges en ella, la intriga también, acabas acostumbrándote a los extraños rituales de la Antártida y a la excentricidad de los habitantes de la base (tanto probetas como reclutas, o mejor dicho, científicos y soldados). En todo momento quieres saber Qué pasó y Qué va a pasar (sí, ya lo he dicho, lo sé, lo sé)
Puntos negativos: la personalidad de los personajes principales no está muy desarrollada que digamos. Sólo los excéntricos secundarios, los que están a punto de volverse locos o ser peligrosos, te arrancan una chispa de simpatía o una sonrisa. Cero afinidad en ese sentido con los protas.
Punto negativisimo megaspoiler: ¡¡Hala, venga yaaa!!! Me estoy empezando a hartar de escritores masculinos y sus obviedades. Así que al final, el prota, un tío cachas, deportista, adicto a la acción donde los haya, de treinta y tantos años, se enamora de una chica de 20 (los otros 150 no cuentan), con una moral y una educación de otra época, florecilla delicada a más no poder, de la que va a tener que cuidar durante tooodo el resto de su vida, renunciando con ello a su hogar, al que no puede llevarla, a su trabajo, al que tiene que renunciar, etc, eso por no hablar del shock que va a suponer para ella cosas como la tv, Internet, el matrimonio homosexual... pffft, aquí el autor ha flipado en colores y le ha dado, a una novela que por lo demás hubiera estado muy bien, un final Heidi que no se lo cree ni él, los dos mirando el atardecer en una playa de Florida... Y mira que el argumento en conjunto es increíble. Pero esto es de no dar crédito, lo juro, jajaja.
2 comentarios:
Me encantan que enganchen desde el primer momento y la historia pinta muy bien.
El spoiler creeo que me enfadará bastante, que tontería tan grandes hacen los autores :s
Un beso y gracias por la reseña!
Dácil
Un beso a ti también, Dácil
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