La vida imaginaria - Mara Torres

Título: La vida imaginaria

Autor: Mara Torres

Editorial: Planeta

Año de publicación: 2012

ISBN: 9788408031420

Nº de páginas: 251

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Reseña editorial: ¿Qué pasa por tu cabeza cuando la persona a la que quieres se va? ¿Qué haces con tu vida cuando tienes que pensarla otra vez? ¿Te la inventas? El mundo de Nata se llena de preguntas cuando Beto la deja. Pero el tiempo no se detiene, y los episodios que Nata cuenta de su propia historia la van llevando hacia un lugar donde todo vuelve a ser posible. Novedosa y contemporánea, esta novela tiene el nervio de un relato confesional, divertido y emocionante. Pero, por encima de todo, descubre a Fortunata Fortuna, un personaje fascinante que ha venido al mundo de la ficción para quedarse.

Desvarío imaginado...

Le tenía muchas ganas a este libro: la portada, el título, la sinopsis de la contraportada... todo me llamaba hacia él, y solo una cosa me echaba para atrás, su precio. Menos mal que lo conseguí en Libros Compartidos y no lo compré, porque... menudo chasco de dinero. Si me han leído desvariar sobre la literatura juvenil y las editoriales chupóptero-vampíricas, apliquen todo lo que he dicho a este libro, y añádanle tapas duras y sobrecubierta. Páginas gruesas, márgenes amplios, letra GRANDEEEE... y muy poquita sustancia, la verdad. Un 10 al que hizo la sinopsis por crear falsas expectativas. Un 5 raspado a la autora por quedarse en un estilo livianito para tratar de un tema profundo.

He llegado a la conclusión de que no sólo estamos en una crisis económica o moral (léase moral de los políticos sobre todo) sino que estamos asistiendo también a la destrucción sistemática de la inteligencia media. Si ya me harto de decir que no hace falta aligerar tanto los libros juveniles, que los adolescentes, aunque no lo parezca, tienen neuronas útiles ahí dentro y deben aprender a usarlas, el chasco ha sido morrocotudo cuando me he encontrado la misma ligereza en un libro considerado adulto. Porque yo sé muy bien cuando leo qué tipo de género estoy leyendo: al juvenil le pido aventuras, acción y evasión. A la ciencia-ficción le pido otros mundos en los que perderme. Al erótico le pido orgasmos imaginarios, jajaja (no, no me refiero a Grey, a ese le pido que se vaya ya por donde vino) Pero cuando leo sobre la supervivencia a una ruptura amorosa a través de la imaginación, no espero una lectura fácil, ni cómoda. Espero que me remueva por dentro, que me haga sentir vacia, que a mí también me han roto el corazón, que no veo futuro, y ni siquiera presente posible sin la otra persona... y cuando todo se queda en unas cuantas anécdotas de fiestas, alcohol, y salidas con amigos, y un par de visiones etílicas... No he llegado a conocer a Beto, y me he hartado de Nata. Los juegos de nombres me han saturado. Nada me ha parecido gracioso. No es que no me haya gustado el libro, sino que mis expectativas eran mucho más altas que la realidad escrita.

Señores escritores, estoy un poco cansadita de protagonistas treintañeros que trabajan en publicidad, o cualquier otra profesión liberal-chachi-guay, con horarios flexibles, piso céntrico de Madrid, e historia amorosa para llenar un campo de futbol. Si encima son Peter Panes que se niegan a crecer, tanto ellos como ellas, yo hasta aquí he llegado con la narrativa española. Que para algo decía yo que no me gusta leer autores españoles, quién me manda a mí meterme en estos fregaos...

Inciso 1 - Primera conclusión que he sacado del libro: me estoy haciendo mayor, pero mayor de vieja. En las novelas de los años 80 era normal encontrarte con gente consumiendo cocaína como la cosa más natural del mundo. Cosas de los felices 80. Pero ahora, en 2013, sabiendo que es una droga dura, sencillamente me entra un repelús por la espalda cuando una protagonista se toma unos "tiritos" con sus amigos gays como la cosa más genial que se puede hacer en una fiesta. Y es una protagonista guapa, con buen tipo, buen trabajo, buen piso, buen coche. No. Lo siento, pero no. Intransigente que es una. Que no digo yo que no refleje una realidad social, pero no la mía, gracias.

Inciso 2 - El libro, en una edición normal, serían como unas 114 páginas de lecturilla ligera. Aún así, me lo leí en un pis pas no por su interés, sino por la noche toledana que me dieron en un hotel de Soria los de la habitación de al lado, jajaja, que no me quedó más remedio que ponerme a leer!